De carreras y a lo loco!!
Y es que así es como podríamos resumir los dos últimos fines
de semana. Uno de carreras, y en este pasado, de locura.
Para el primero, nos plantábamos bajo la lluvia en lo que
sería la primera prueba del Open Provincial de Barcelona, en un circuito
técnico pero bonito y de puro MTB.
Salida a bloque como de costumbre por una rampa asfaltada
que te ponía a sitio rápidamente… y de allí sendero y pista pedregosa con
rampas duras y otras zonas rápidas para cubrir los 7 quilómetros y pico de
circuito al que deberíamos dar 5 vueltas.
De salida, como de costumbre; algo lento y pesado de
piernas… Y es que no fue hasta la mitad
de la segunda vuelta cuando no empecé a coger mi ritmo y pude pasar a algunos
corredores para situarme un poco mejor.
Fue una carrera un tanto atípica ya que desde ese momento,
no pude enlazar con nadie por delante y tampoco me presionaba nadie por detrás,
por lo que casi se podría decir que hice
la carrera completamente solo, regulando y controlando hasta el final.
Al final, entré a meta el 12 en élite y con ganas de más
carreras!
Para el pasado fin de semana, me planteé un pequeño reto
animado por mi amigo Javier y con Marc como supporter incondicional. La idea
era subir hasta Benasque en bici desde Vilalleons (Vic) sumando algo más de 300
kms duros, duros…
Así, sin casi meditarlo y durmiendo poco la noche anterior,
me levanté a las 3h y engullí un platito de pasta con atún y un café. Como os
podréis imaginar, comer a esas horas, con el estómago cerrado es ya de por si
un reto…
Me preparé, preparé la bici, la luz, el Garmin, etc… y a las
4 arranqué rumbo al norte.
A decir verdad, las 3 primeras horas se me pasaron
rapidísimo, quizás por la tensión de la noche y el frío. En poco más de 4h me
plantaba en Calaf donde me tomé un primer café y un croissant, llegando con un
viento en contra que te azotaba de lo lindo. De allí, ya de día completamente,
avancé para ir a buscar Cervera. El viento era ya insoportable, cada vez a más
y sin la más mínima intensión de aflojar ni ceder por un instante. Por el
camino, Cunill, St. Ramon y les Oluges me esperaban a media procesión de semana
santa…todo un espectáculo, vamos! Llegué a Cervera en menos de una hora y
cómodo a pesar del vendaval, seguí rodeando la ciudad en dirección Tárrega
donde paré a hacer un Pis- Stop. Viento cada vez más fuerte! Madre mía! No me
lo podía creer! Si seguía así llegaría frito, o ¡no llegaría!!!!
De allí, encaminé hacia Anglesola, y sus eternas rectas
hasta Balaguer y Alfarrás. Eteeeeeeeeeeeeeeeeeeernas rectas que no acababan
nunca, llano asqueroso, sin arcén y con más hambre que un perro abandonado.
Deseaba llegar cuanto antes a Balaguer para hacer un café, pero resultaba
imposible, no llegaba nunca! Hasta Alfarrás se me hizo duro también, pero ya
sólo me faltaban unos 120-130kms, por lo que ya era otra cosa.
Pequeño stop para mandarle un whatsap a mi sufridora madre y
rellenar los bidones de agua en una fuente y sin perder más tiempo, enfilar
hacia Benabarre por una asquerosísima y peligrosísima carretera que parecía
(también) no terminar nunca. La sensaciones, aún así, eran buenas. Me sentía
cómodo, pedaleando bién y sufriendo a gusto, sin sensación de desfallecer en
ningún momento. Dejo Benabarre sin problemas, no sin antes encontrarme con un choque
mortal entre vehículos que me dejó helado, y sin parar ni aflojar pongo la
directa hasta Graus.
Allí tenía pensado parar a hacer una última Coca-Cola y
donut para afrontar los últimos 50kms rompepiernas con garantía suficiente...
aunque tenía la sensación que en ese momento ni siquiera lo necesitaba. Aún
así, tomé una buena decisión, puesto que me tocó apretar de lo lindo para
esquivar la lluvia que finalmente me acompañó hasta el pueblo.
El reto había acabado y con buen sabor de boca! Me sentí
fuerte y cómodo a pesar del viento y de la lluvia de la última hora y media que
me dejó un tanto febril por la noche. Suerte que Javier y familia cuidó de mi y
me ayudó en todo! Grácias!!
Seguiremos peleando y dándole!
Saludos.
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